Paul Bik (Varsovia, 1979) desembarca en nuestra sala de la mano de la galería polaca Your Art Maison y gracias al apoyo de la revista Book of Luxury y el soporte de Big Brands Group.
Considerado un continuador de la tradición del espacialismo en la creación artística contemporánea, corriente iniciada por Lucio Fontana en 1946, su trabajo se centra en enfatizar la relación entre pintura y arquitectura... su elección de Milán como lugar donde residir y trabajar tuvo un fuerte impacto en su arte, fascinado por la arquitectura posmoderna italiana, en especial los diseños de Aldo Rossi, su obra ha alcanzado una gran altura creativa y una extraordinaria expresividad estructural. Es una conjunción entre la fuerza y la elegancia.
Inspirándose en edificios que manifiestan con rotundidad la separación entre forma y función, el artista optó por composiciones en relieve multidimensionales con una disposición sencilla de formas regulares y ascéticas. Círculos, semicírculos, rectángulos y polígonos: armonía pura descrita en el lenguaje de la geometría.
La tridimensionalidad obtenida mediante el uso de formas cóncavas y convexas le permite la extracción de efectos de claroscuro inusuales, lo que a su vez profundiza la espacialidad y plasticidad. La geometría se intuye no sólo en las formas presentes, sino también en el ritmo ordenado de líneas rectas y curvas.
Cada elemento está realizado a mano, mediante un proceso lento y elaborado, fruto del aprecio del artista por el oficio y el trabajo, lo que le permite imprimir un carácter y una personalidad a cada pieza, lo que sería imposible con elementos prefabricados.
El lienzo, que inicialmente era una base para la obra, con el tiempo se ha convertido en un medio de expresión independiente que se transforma de forma incontrolable, con lenguaje propio, bajo el efecto de la destrucción. La destrucción, inducida por pintura, lejía o herramientas manuales, es un proceso orgánico, pausado, muchas veces resultado de experimentar con técnicas nuevas y originales, que confiere a cada pieza gran parte de su expresividad.
Bik trabaja con una limitada paleta de colores, principalmente blanco y negro. Elegidos conscientemente, tienen un significado secundario. Su principal propósito es orientar a los espectadores hacia la exploración de las relaciones entre estructuras lisas y rugosas o superficies brillantes y mate.
La dualidad del carácter de Bik, la apreciación tanto de la armonía como de la distorsión, intervienen a lo largo de todo su proceso creativo. El equilibrio de una pieza se altera con gestos espontáneos y destructivos, pero el efecto final nunca es perturbador. Su objetivo es en esencia la armonía, no mediante la repetición de formas, sino aportando unidad a partes, a menudo opuestas, de sus composiciones. Trabajar con tejidos, como el lino y el algodón, es su homenaje a la pintura tradicional.
El artista, que busca la perfección en el lenguaje matemático y la simetría compositiva, se mantiene fiel a la abstracción, a pesar de que en sus pinturas se pueden encontrar conexiones con el arte figurativo.
Sus obras ascéticas, silenciosas, pero sutiles y sofisticadas, infunden en el espectador una sensación de orden y armonía, que en esta era de exceso omnipresente es una cualidad única.