El estudio milanés de Bik es un campo de expresión de su dualidad de carácter y forma de trabajar. Introvertido de corazón, se aliena a sí mismo en el tranquilo, elaborado y físicamente intenso proceso de creación. Su profundo aprecio por la artesanía lo llevó a explorar técnicas convencionales y crear técnicas originales. Trabajando principalmente con madera, cartón, resina, yeso y pintura y herramientas tradicionales, equilibra esculturas y pinturas. Todas las partes de sus composiciones están hechas a mano en un proceso semi-meditativo, honesto y lento. La búsqueda de la armonía en las formas, los tamaños y la yuxtaposición de los elementos refleja su enfoque perfeccionista de los detalles, pero no define su trabajo. Los toques finales son siempre extrovertidos, imperfectos y llamativos. La precisión matemática se ve distorsionada por la expresión intuitiva: acento colorido, capa desigual de pintura o simetría desequilibrada. El elemento del caos resalta la belleza orgánica, imposible de encontrar en formas completamente geométricas.
Bik busca la esencia de la armonía, no mediante la repetición de formas, sino trayendo la unidad a las partes, a menudo opuestas, de sus composiciones. La luz y las sombras, proyectadas por formas geométricas, agregan otro elemento a la descomposición, más allá del control del artista. Monocromáticas y crudas, las formas están lejos de ser frías. Atraen con texturas, dando una fuerte impresión háptica y sensual. Las composiciones son siempre abstractas. Para Bik, esta es la forma de arte más personal, un reflejo del verdadero yo del artista.