En TRES, Carlos Hache (Madrid 1990) representa un espacio de amor donde muestra unidad, dualidad y diversidad. Desposeído de cualquier objeto o naturaleza que no contenga un alma, que no sienta, que no sepa anhelar y carezca de emociones para soñar, cuyo corazón no lata más fuerte debido al roce, al calor de un abrazo, a una caricia.
TRES es pasado, presente y futuro, es una obra en continua transición, en la que los cuadros se convierten en escultura. Carlos Hache fantasea en sus obras con una vida llena de personas con valor, con la fortaleza que da querer y sentirse querido. Sus figuras conviven, encajan y se relacionan, con amor y respeto, se esfuerza en aclarar. Es una orgía sin sexo, de amor puro y múltiple, polidireccional. Sencillez y fuerza; lápiz y color. Carlos Hache encuentra y explora la profundidad de lo simple a través de una técnica que va dejando posos de belleza en cada obra.
Se ha convertido en uno de los nombres que despuntan en la escena madrileña, tratando de explorar las posibilidades que lo básico aporta a su arte, consagrando un método, ante todo, delicado. Su formación en Artes Gráficas e Ilustración en la Escuela de Arte 10 de Madrid le ha servido para indagar en el que es ahora un estilo definido y personal. Sus obras ven en el color y la figura humana la base de la creación, Ello lo realza valiéndose de tan solo tres colores: rojo, amarillo y azul en tinta acrílica. Para él, estos colores básicos son el nido del que nacen todos los demás, siendo capaces de expresar la totalidad de las emociones.
Esta técnica le ha permitido establecerse como el artista de lo simple; como aquél que es capaz de ver lo esencial de la belleza y la belleza de lo primario. Sus ilustraciones no suelen ser premeditadas, sino que juega con el subconsciente en libertad. Pinta lo que busca, lo que necesita, ofreciendo al público una llamada o planteamiento que deberá asentar en soledad. Siendo aún bisoño en el panorama artístico actual, ha encontrado en las redes –esencialmente Instagram – la forma de darse a conocer y empezar a convertir su genio en su forma de vida. Gracias a estos medios ha conseguido numerosas exposiciones, colaboraciones y adquisiciones de piezas originales, de las cuales la mayoría han sido en el extranjero. Carlos busca seguir adelante con diferentes proyectos donde la escultura y nuevas formas de expresión tendrán un fuerte protagonismo. Su perseverancia trata de alcanzar la oportunidad que le permita ir más allá sin perder esa sustancia frágil y paradójicamente poderosa que nos muestra en cada una de sus obras.
El texto es de Natasha Martín.
Además de la veintena de obras en lienzo y papel, la exposición incluye un conjunto de piezas de cerámica, cuyas originales formas van por libre, además de tres esculturas de caras de perfil de dos metros de altas.